Se dicen que los viajes se viven tres veces, cuando los soñamos, cuando los vivimos y cuando los recordamos.
Bueno, este viaje a WAYANAD con los compañeros de mi clase de español C1 fue así. Un viaje sin muchos planes y motivado sólo porque teníamos ganas de viajar y conocer nuevos lugares. Acabábamos de empezar el nivel C1 de español, los alumnos no nos conocíamos entre nosotros y el profesor era un recién llegado de España. Lo organizamos todo de una manera muy rápida y sin casi darnos cuenta llegamos a WAYANAD una mañana. Pero al llegar, descubrimos que nuestro profesor había olvidado su cartera en el autobús. Después del ataque de pánico por la perdida, miles de llamadas a la agencia de viajes y perseguir el autobús por WAYANAD, encontramos la cartera y nos fuimos al hotel muy cansados tras un inicio de viaje bastante ajetreado.
WAYANAD, la parte montañosa de Kerala, es un lugar precioso. Al principio, el verdor exuberante te choca, pero a la vez te hace muy feliz poder observar la naturaleza. El hotel en el que nos alojamos era muy bonito, situado en un valle rodeado por montañas y árboles. Queríamos disfrutar la vista aún más, por lo cual, desayunamos pronto y fuimos a las cuevas de Edakkal, una de las atracciones turísticas del lugar.De hecho, no es exactamente una cueva sino una gruta donde hay dibujos prehistóricos. Pero, desgraciadamente, no pudimos verla porque había una cola de espera muy larga y no queríamos perder tiempo puesto que habían muchos sitios que visitar. Disfrutamos un rato con los monos (había monos libres por las montañas) y luego compramos algunas especias típicas de Kerala. Más tarde comimos unos platos tradicionales de Kerala como Meen curry (pescado preparado en salsa de coco), parota y arroz. Todo estaba delicioso.
Después, salimos hacia un lago que se llama Pookot. Es un lago muy grande rodeado por plantaciones de pimiento negro. El año pasado fue uno de los monzones más largos que se han visto por aquí. Una de las consecuencias de las lluvias fue la reproducción de sanguijuelas. Tuvimos una experiencia espantosa durante la visita al lago. Llovía a cántaros y, por ese motivo, nos refugiamos en una de las casas arruinadas que estaba situada en medio de la plantación. Parecía estar llena de fantasmas. Hicimos muchas más cosas como bailar salsa, pelear con los mosquitos e intentar no ser picados por ellos, etc..Todo esto sucedía en español porque fue un viaje dedicado para estudiar. Al llegar al hotel pasamos toda la noche charlando y dejando los estudios a un lado por un momento.
Al día siguiente, como hacía buen tiempo, practicamos yoga en el jardín y luego fuimos a ver una de las muchas cascadas preciosas que existen en WAYANAD. Para llegar a verla y disfrutarla tuvimos que hacer un poco de senderismo. La cascada era pequeña pero magnífica. Algunos de mis compañeros se bañaron en la cascada mientras que otros disfrutamos de la naturaleza. Volvimos al hotel y descansamos un poco antes de volver a Bangalore. La verdad es que la vuelta no fue tan buena como la ida, hubo retrasos y algunas personas se pusieron malas debido al cambio de tiempo, pero, a pesar de todo, llegamos a Bangalore a tiempo.
Fue un viaje inolvidable a pesar de los contratiempos, pero lo mejor de todo fue que nos convirtió en un grupo más amable y abierto y que, además, nos permitió relacionarnos más y mejor con los alumnos de la clase.